Cuando la persona apática en la sala cambia su postura y se va como una persona completamente diferente sé que he hecho algo correcto. Esto me ha pasado más de una vez y es muy bonito ser testigo de algo así.

Si te preguntas de que estoy hablando, bueno, una de mis pasiones es enseñar y educar sobre los aceites esenciales, que son, como se usa y cuáles son sus beneficios. ¿Porque me apasiona? Después de tener mi primera experiencia con los aceites estaba decidida y determinada a entender que tenía en esas pequeñas botellas y descubrí un mundo completamente nuevo. Ellos han cambiado mi vida de mil maneras. Mas energía, menos libras, verme más joven, tener un hijo de 7 años saludable, un esposo que es veterano y que esta emocionalmente estable y la lista continua Yo necesito compartir con otros y permitirles que experimenten por si mismos lo que los aceites pueden hacer.

Mi primera transformación de un apático en una de mis clases sucedió en la Cd de México hace algunos años cuando me invitaron a dar una clase a casa de una amiga. Generalmente van mujeres a las clases, pero este día llego un caballero y venia acompañado de este hombre desinteresado que yo le llamo el apático.

Todo iba bien, pero era algo incomodo ver a este hombre ahí sentado, con los brazos cruzados casi cayéndose de la silla y viendo el reloj tal vez pensando “¿cuándo va a terminar de hablar esta mujer para poderme ir a casa?

Cuando doy una clase me gusta pasar los aceites para que la gente pueda sentirlos. Les sugiero se pongan una gota en la piel, tomen en su agua o bien los inhalen profundamente. Y aquí es cuando empieza ese momento mágico.

Seguí hablando y pasando cada uno de los 11 aceites que estaba explicando.

Este hombre no tuvo de otra más que al menos oler los aceites

Y al hacerlo podía percibir una expresión diferente en su cara, una postura distinta e incluso empezó a poner atención a lo que yo estaba diciendo, se veía interesado y podía ver un brillo en sus ojos.

No me cabía la menor duda de que este hombre estaba descubriendo un nuevo mundo. Eso es lo que sucede cuando tienes una experiencia con un aceite esencial.

Termine mi clase y el hombre apático era la persona más emocionada, sonreía y hacia preguntas sobre como los aceites trabajan en el cerebro. Fue una transformación increíble y una que siempre recordare.