La vida nos pone pruebas y nos permite valorar lo que tenemos. Hace unos días me tocó vivir el terremoto de 8.1 grados en la Cd de México. En ese momento, estando en el piso 22 sintiendo el movimiento del edificio, lo único que pensaba era en poder bajar por las escaleras de emergencia y salir del edificio.

Entre el pánico de la gente y el estrés antes de bajar tome mi bolsa para asegurarme de tener mis documentos y con la idea fija en mi mente de bajar y estar a salvo inicie mi descenso. El recorrido de 22 pisos me pareció eterno. Había personas llorando, otras bajando rápidamente, otras a paso lento, algunas gritaban y yo tranquilamente bajaba con mucha fe y esperanzada en llegar a la calle.


Al salir me di cuenta de la dimensión de la situación y di gracias a Dios por habernos mantenido a salvo. Ya sentada en el lobby del hotel con mi familia y amigos que también estaban ahí me di cuenta de que había olvidado mi celular en la habitación. Pero tenía algo poderoso que me podía ayudar en ese instante.

Recordé que en mi bolsa estaban algunos de mis aceites esenciales, fue maravilloso poder ayudar a algunas personas con un poco de Stress Away y usarlo también en mi para tranquilizarme.

Quien iba a pensar que uno de mis aceites esenciales favoritos que generalmente uso como perfume serviría en ese momento para traer tranquilidad.

Después de dos horas regrese a mi habitación valorando más mi vida, mi familia y con la seguridad de que tengo una misión. Gracias por ser parte de mi vida y por soñar en que podemos transformar el mundo. Gracias Dios por una nueva oportunidad para servirte.